Esta desagradable escena sucedió en Nusa Penida, Indonesia y fue grabada por el cámara submarino Steve Woods. Las corrientes que llegan a esta isla al sureste de Bali no solo traen el plancton que alimenta a las mantas o los tiburones ballena, también toneladas de basura que las mantas directamente tienen que escupir para seguir comiendo. Estos animales, como muchos otros animales filtradores, son muy vulnerables a los cambios que producimos en el océano. Arrojar basura al mar, sea el mar que sea, produce un daño irreparable a todas las especies marinas.