Un crustáceo de ciencia ficción para explorar las profundidades del océano

El Crabster, desarrollado por el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología del Océano (KIOST), ofrece una inteligente solución a un problema que viene desde hace mucho tiempo trayendo de cabeza a los investigadores marinos. Mientras las naves impulsadas por hélices tienen dificultades en zonas de fuertes corrientes y los buzos quedan limitados a mares tranquilos y poco profundos, este robot es capaz de imitar las técnicas y movimientos de algunos crustáceos que viven en aguas de fuertes mareas para vadear corrientes o fijarse al suelo. Para hacernos una idea, el Crabster puede soportar corrientes de hasta 1,2 metros por segundo, el doble de lo que se necesita para que, por ejemplo, te arranque la máscara de buceo de la cara. El Crabster, que lleva más de dos años en fases de prueba, se lanzará el mes que viene en su primera misión en «aguas agresivas». Durante el mes de mayo de este año participará en expediciones arqueológicas en el mar Amarillo, Korea.

El Crabster mide 2,4 m de largo, 2,4 m de ancho y 1,3 m de alto aunque llega a los 1,8 m cuando se «pone de pie». Incluyendo la carga útil pesa 650 kg y sus seis patas contienen 30 motores, lo que le proporciona al piloto remoto un amplio abanico de movimientos. Mientras el Crabster se mueve por el fondo del mar puede adaptar su postura a diferentes condiciones de corriente o presión, agachándose o ladeándose para que la corriente no le mueva de su posición, exactamente igual que hace un cangrejo cuando recibe una fuerte corriente. El Crabster es capaz de sumergirse a una profundidad de 200 metros y, al utilizar un sónar, puede rastrear el entorno en busca de objetos de interés y transmitir imágenes por medio de cámaras a bordo.

Su creador, Bong Huan Jun, asegura que el Crabster lleva más de dos años realizando tests satisfactorios pero que está en proceso de modificación constante. «Realizamos pruebas casi todos los días», comenta Huan Jun, «actualizamos el software del Crabster para que sus desplazamientos y el manejo remoto sean más estables y rápidos». El investigador dice que la velocidad del robot, de sólo 10 centímetros por segundo, es uno de los principales retos a los que se enfrenta su equipo, junto con la mejora de la estabilidad del vehículo en corrientes fuertes y en terrenos difíciles. El sistema de visión subacuática es otra prioridad. Pero si el Crabster logra completar su viaje inaugural exitosamente, Huan Jun predice que habrá un impacto generalizado.

«Suponemos que el Crabster puede trazar mapas del lecho marino, analizar e inspeccionar restos de accidentes, conductos, ecosistemas y contaminación hasta una profundidad de 200 metros. El Crabster ayudará a los buzos o sustituirá en condiciones especialmente difíciles. También podría ayudar en la localización de recursos submarinos, realizar extracciones y responder ante incidentes de derrames de petróleo».

Huan Jun espera que su creación se fabrique para su uso alrededor del mundo y ya está buscando otras creaciones inspiradas en la naturaleza. «Ahora estamos estudiando cómo lograr que el Crabster nade como las tortugas o los escarabajos buceadores (Dytiscus marginalis)«. Respecto al impacto del robot en el medio marino y su relación con otros animales comenta «No sé si los animales van a tratar al Crabster como un cangrejo real o no», dice Huan Jun. «Pensé que a los peces les gustaría más que otros vehículos submarinos con hélices que hacen ruido. Espero que los animales traten bien al Crabster».

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