
Los fotógrafos submarinos de National Geographic son los buceadores más afortunados del planeta, capaces de acceder a lugares remotos y absolutamente prohibidos para el común de los buceadores. Thomas Peschak es uno de ellos. Durante las últimas semanas ha podido bucear en los remotos atolones Bassas da India y Europa, entre Madagascar y Mozambique, dos de los últimos vestigios del paisaje marino del océano Índico tal y como era hace siglos, para contárnoslo y mostrárnoslo en el número de abril de National Geographic.
Peschak ha podido cumplir en estos atolones su sueño de niñez, cuando imaginaba adentrarse en un mar salvaje, lleno de color y vida, con densas columnas de tiburones gobernando el arrecife y grupos de tortugas paciendo en los pastos marinos. Este vídeo de seis minutos realizado por Dan Beecham y Sunnye Collins muestra cómo Peschak ha conseguido realizar ese sueño de sumergirse en solitario en dos atolones inaccesibles. Allí donde los manglares conforman la guardería de miles de especies marinas, centenares de tortugas verdes han encontrado el entorno perfecto para reproducirse y donde los tiburones de arrecife dominan la cadena alimenticia. Un ejemplo de cómo es nuestro océano en su estado inalterado y cómo deberíamos mantenerlo. Tal y cómo aparecía en sus sueños.