Una de las inmersiones más deseadas y espectaculares para los buceadores son los pecios. Descender hasta dar con ellos y bucear a través de su estructura requiere gran experiencia y técnica. Son inmersiones especiales, donde se mezclan diferentes sensaciones, desde la emoción por ver una creación humana hundida y colonizada por vida submarina hasta la impresión de ver objetos usados por la tripulación cuando esa nave se encontraba surcando el mar. Bucear en pecios da ese halo de aventura que ha sido uno de los motores que ha llevado al hombre a sumergirse en las profundidades del mar.
En el caso de antiguos barcos de guerra, grandes desarrollos tecnológicos de la época que se hundieron en circunstancias trágicas como el HMS Victoria en junio de 1893, esas sensaciones se incrementan y pocos afortunados preparados física, mental y técnicamente son capaces de acercarse a este tipo de historia naval.
El HMS Victoria, buque de guerra perteneciente a la poderosa armada real británica, se hundió cerca de Trípoli, capital del Líbano, tras colisionar con otro barco, el Camperdown durante unas maniobras. Su hundimiento se produjo en pocos minutos llevándose al fondo del mar la vida de 358 tripulantes y la más innovadora nave que surcaba el Mediterráneo.

El HMS Victoria era un prodigio de la innovación náutica, con 100 metros de eslora y más de 30 cañones, considerada la estrella de la armada que patrullaba el Mediterráneo. Estaba provisto de las más poderosas torretas que existían entonces y que lo hacían prácticamente indestructible en un enfrentamiento naval. Su participación para asegurar la ruta India-Reino Unido a través del canal de Suez era vital y su desaparición supuso una gran derrota moral para la armada.
Durante las habituales maniobras llevadas a cabo como práctica ante posibles ataques, el HMS Victoria y el también buque de guerra Camperdown chocaron creando un boquete de más de 9 metros cuadrados en el Victoria que lo hundió en menos de 20 minutos. El Camperdown consiguió volver a puerto pero el HSM Victoria se llevó en sus bodegas a la mitad de la tripulación.

El barco fue dejado en el olvido más de un siglo hasta 2004, cuando, tras un proyecto de búsqueda que duró 10 años, un buceador libanés, Christian Francis, dio con él.
Hoy el HMS Victoria es un pecio con gran valor arqueológico no solo por su trágica historia si no porque aún mantiene en buen estado lo que hizo de él la nave de guerra más avanzada del momento. Cañones, torretas, proyectiles, elementos de seguridad ante accidentes, armamento pesado e incluso la vajilla, focos y elementos de vida diaria de sus tripulantes. Sumergirse hasta el HMS Victoria sólo es posible a través del buceo más técnico, siendo un destino estrella para los buceadores más experimentados. Uno de los atractivos principales de este pecio para los buceadores es su posición en el fondo, clavado verticalmente, siendo uno de los pocos pecios que se puede visitar manteniendo esta posición. Hoy se encuentra en las costas de Trípoli, 80 metros alejado del punto de colisión, a 150 metros de profundidad e insertando 30 metros en los fondos arenosos.
Si quieres darte un paseo por el HMS Victoria no te pierdas el vídeo del equipo TekForce ucraniano que nos muestra qué queda de este titán que se hundió por un simple error de cálculo en unas rutinarias maniobras.