El Ulysses es uno de los “abuelos” del Mar Rojo junto con el Carnatic. Hundido en 1887, es un pecio apasionante por la gran vida marina que alberga y la cantidad de coral que aflora en sus restos. Este carguero de vapor de 95 metros de eslora pesaba 1.900 toneladas y se encuentra hoy a 30 metros de profundidad, no exigiendo ser un experto buceador para acceder a él.
El Ulyses fue construido en el astillero de Leslie, en Inglaterra, para la Compañía Ocean Steamship y botado en 1871. Al igual que el Carnatic, Dunraven y Kingston estaba diseñado para navegar con un solo motor de vapor de 2 tiempos y 2 cilindros producir 225 CV. Contaba con una sola hélice de hierro así que debido a la baja presión de las calderas y la insuficiente de la fuerza del motor era esencial hacer uso de las velas.

El Ulysses, que transportaba diferentes bienes, entre ellos tambores de cables que aún se pueden encontrar en el fondo, salió de Londres en agosto 1887 con destino a Penang, en la costa noroeste de la península de Malaca, para lo que debía atravesar el Canal de Suez. Con el mar en calma y poca claridad fue imposible ver el arrecife de Small Gubal Island, con el que chocó el 16 de agosto de 1887. El daño parecía leve y las bombas conseguían achicar el agua que entraba por el orificio que produjo el choque con lo que el capitán consideró el incidente poco importante y decidió esperar a la ayuda de un buque que se encontraba cerca, el “Kerbela” y que se dirigía a Suez a reclamar ayuda.
Durante tres días el buque se mantuvo encallado en el arrecife de coral y poco a poco la abertura se hacía más grande. El 19 de agosto, escoltado por el HMS Falcon, llegaron dos barcazas de rescate. Las tripulaciones de todos los buques trabaron bajo el ardiente sol veraniego egipcio para descargar toda la carga posible. Los trabajos se demoraron casi dos semanas y la nave se deslizaba poco a poco al fondo del arrecife hasta su abandono. Hacia el 5 de septiembre de 1887, la popa ya se encontraba en el fondo del mar, a 28 metros de profundidad, y la sección de proa golpeaba constantemente el arrecife, firmando el hundimiento del carguero.
El buceo en el Ulysses
Lo primero que hay que saber de este pecio es que tanto las corrientes como el oleaje pueden pueden ser fuertes, con lo que es posible que nos arruine la inmersión. Pero con buenas condiciones nos encontramos ante un pecio excepcional. La preciosa popa descansa a 29 metros, incrustada en la arena, con su casco abierto al mar. Su hélice y timón están cubiertas de una exuberante floración de corales blandos y el casco y la quilla forman una cueva en la que se esconden enormes meros. Estos espacios cavernosos están cubiertos de preciosos corales, esponjas, hidrozoos y anémonas. El casco también forma un área en forma de V con el arrecife y podemos encontrar peces cocodrilo, corales abanico, rayas moteadas y unos cuantos peces halcón de hocico largo. Algunas de las partes de la carga están repartidas por todo el lecho marino y se encuentran cubiertas de exuberantes corales blandos. Muy interesantes son las ramas de delicado coral negro que crecen a la entrada del casco, con lo que el máximo cuidado es necesario al entrar en él.
En la sección de proa hay bancos con cientos de peces cristal y no faltan los siempre vigilantes peces león o peces escorpión. Las aguas poco profundas están repletas de cirujanos y fusileros.
Alrededor de todo el barco la profusión de vida es total: tortugas, varios tipos de morenas, peces payaso, grandes peces sapo, agujas de mar, nudibranquios, platelmintos, peces gato e incluso bancos de atunes aparecen por aquí. Una de los visitantes más queridos son los delfines, que de vez en cuando acuden en pequeños grupos, curiosos y juguetones con los buceadores.
Este es un pecio muy recomendable del Mar Rojo. Es todo un espectáculo ver su cubierta plagada coloridos de corales, duros y blandos, preciosos corales mesa y bellas acróporas que se aprovechan de encontrarse en uno de los mejores arrecifes de la península del Sinaí, con una rica corriente que barre los restos de un naufragio centenario.