
El cenote Kukulcan es parte del sistema de Chac-Mool, se encuentran separados por solo 200 metros. Después de un acceso a través de un lago de preciosas aguas turquesas accedemos a una haloclina en la que merece la pena pararse unos segundos para admirar los diferentes tonos y el movimiento que produce la mezcla de las dos aguas. Es muy recomendable dirigir la luz de tu linterna hacia este fenómeno para disfrutar de los reflejos que produce.