Ghost Bay destaca por su fauna, única en el mundo: peces piedra, peces pipa fantasma, pulpos mimo, peces sapo payaso, peces navaja, grandes peces león… Pero tiene una curiosa historia de reconstrucción detrás.
A finales de la década de 1980 el turismo comenzó a despegar en Bali dando lugar a un auge de la construcción, requiriendo una gran cantidad de cemento que en ese momento era caro y difícil de obtener. Los constructores encontraron un sustitutivo del cemento: coral duro. Este coral, que llevaba poblando en «Ghost Bay» durante miles de años fue esquilmado, reduciendo a arena un precioso y sano arrecife lleno de preciosas especies. Ese milenario coral es hoy mortero utilizado en la construcción hoteles y restaurantes donde los turistas pasan sus vacaciones.
Antes de destruir por completo el arrecife, distintas organizaciones, en colaboración con los centros de buceo de la zona, se propusieron reconstruir los arrecifes mediante la creación de figuras artificiales con una base de hormigón. Figuras realizadas con botellas, motocicletas, arcos metálicos… Hoy este arrecife poco a poco se va recuperando, el coral vuelve a agarrarse con fuerza y especies extraordinarias vuelven a buscar refugio y alimento en el arrecife